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Los siguientes cursos y talleres tienen como objetivo abordar aspectos específicos de la vida humana, que desarrollen una visión y un método,  que pueden ser utilizados en el desarrollo de la felicidad y la espiritualidad

 

Entendiendo y relacionándonos con el proceso de la vida y la muerte

 

En todas las religiones y culturas antiguas la muerte es entendida como un proceso natural, una parte de la vida. Sin embargo en nuestra cultura es un tema vedado, un tema que atemoriza y deprime, algo que debe ser evitado, o en el peor de los casos, postergado.

Sin embargo desde la perspectiva budista, la vida y muerte es una sola entidad, un proceso continuo en el cual la conciencia y el cuerpo están en constante transformación y en el cual tanto lo que llamamos vida y muerte, es una oportunidad para alcanzar la felicidad. Si logramos un entendimiento del proceso del vivir y del morir, podremos estar preparados para el momento en debamos abandonar nuestro cuerpo.

Este curso taller tiene como objetivo, presentar y lograr un entendimiento del proceso de la  muerte y su relación con la vida; entregar las herramientas meditativas y actitudinales para tener una sana relación con la muerte y estar preparados para el incierto momento en que esta nos llegue, ya sea a nosotros o a nuestros seres cercanos.

Este curso tiene una duración de 10 hrs. e incluye sesiones de meditación

                                        Sexualidad, Tantra y Sanación Espiritual

“Si los hombres y mujeres no estuvieran unidos en la sexualidad, hombres y mujeres estarían separados. Así el mundo tendría dos partidos, y con certeza viviríamos en guerras y controversias.” (Gendun Chopel 1905-1953)

En  algunas corrientes filosóficas o religiosas, el sexo, es solo importante para la procreación, sin embargo la sexualidad, desde el punto budista, puede ser utilizada no solo para obtener un desprejuiciado gozo, sino también para llegar a ser mejores personas, para desarrollar lo que todas las personas deseamos, la felicidad.

La sexualidad en el tantra,  no es sólo un gozo sensorial, es también ética, pues consideramos a nuestras parejas como algo sagrado, y con ello nos comprometemos al máximo de los respetos. También, por su capacidad de movilizar nuestras energías internas, es  capaz de despertar la esencia de lo humano, la felicidad y su expresión: el amor-bondadoso.

Así, en interdependencia con nuestra pareja, desarrollamos empatía, confianza, comprensión  y un actuar más bondadoso hacia todos los seres. Mi felicidad no es distinta a la felicidad de los otros.

Para lograrlo se requiere tanto una comprensión de nuestro cuerpo, una actitud ética consiente como también técnicas de meditación como el “Mindfullness o  Atención Plena”, y  “Tonglen o Dar y recibir”.

Este taller tiene una duración de  7 hrs. e incluye sesiones de meditación.

    En Defensa de la Felicidad: Programa contra el estres y a la depresión

Desarrollando las emociones positivas, eliminando las negativas.

 

La felicidad es el objetivo de la vida humana. Nuestras vidas se desarrollan en interdependencia con los demás, pues inevitablemente dependemos de los otros, tanto en nuestras relaciones familiares como en el trabajo. En esta interdependencia, el factor determinante son nuestras emociones, pues ellas establecen el resultado de nuestras peticiones y requerimientos.

Desde el punto de vista budista la felicidad es la eliminación de las emociones y pensamientos negativos. Entonces, al incrementar nuestras emociones positivas y disminuir las negativas estableceremos relaciones saludables, amorosas y compasivas. De esta manera los “otros” estarán más dispuestos ayudarnos, y con ello lograremos alcanzar nuestras metas tanto personales, laborales como afectivas.

Para lograrlo se requiere tanto una actitud ética consiente como también técnicas de meditación como el “mindfullness o  Atención Plena”. Ésta técnica es la que nos permite, calmar nuestra mente, llevándola al equilibrio. En base a este equilibrio, podemos ver la naturaleza de nuestras emociones y pensamientos negativos, descubriendo que estos no son más que fantasmas, que siempre se desvanecen. Y finalmente  desarrollar la base de toda cooperación y comprensión, el amor-compasivo.

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